Me sumerjo en el calor subterráneo de lo predecible,
que me cuenta a gritos lo que va a pasar esta noche.
Y continúo acompañando los hechos,
porque somos circunstancias,
y no deseos.
Apenas amor.
Sucumbimos al magnetismo
que nos perseguirá hasta
que dejemos de ser.
Seguimos calmado la ansiedad y el pánico
con peces, ternuras y grillos.
Quizás indefinidamente.
Muy bueno :)
ResponderEliminarMe alegro de que vuelvas a escribir por aquí, Vicky
Mil gracias!
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