Me tiembla la cara.
Los músculos que sonríen no responden a ningún impulso.
Ninguno.
Ni siquiera los más comunes,
los que podrían hacerme morir de risa.
En este momento, me encuentro inerte.
Sin expresión.
En estado vegetativo, no triste.
Simplemente eso, nada.
Nada de nada.
Tengo una caja llena de bombas, de pequeñas bombas
que quieren explotar y no pueden.
No tienen espacio, están atoradas
en mi estómago que revolotea.
¿Amor?
Ni siquiera eso.
Soy un árbol, miro todo desde lejos, estoy viva, pero no puedo ni moverme.
Solo esperar que salga el sol.
(¿Bastará con eso?)
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